jueves, 21 de mayo de 2009

FILOFIA-Un escrito más sobre la idiotez del hombre


¿Será posible pensar en una relación comunidad-naturaleza en un mundo donde su único interés es la globalización?, ¿Será posible continuar pensando que el hombre dentro de sí lleva valores como la familia, el respeto por el otro, y la importancia del lenguaje para el conocimiento?
Es difícil creer que aun en un país tan lastimado como Colombia puedan existir comunidades indígenas resistentes a la globalización y al pensamiento contemporáneo del hombre. Es así como a miles de kilómetros de la ciudad más industrializada de Colombia, en un espacio geográfico mínimo, vive la comunidad wayuu, con una población que sobrepasan las 500.000 personas y su división social se realiza en clanes, lo cual hace de los wayuus una comunidad organizada y con valores realmente marcados, de los cuales podemos destacar la necesidad y respeto por la familia, pero no solo la familia de sangre o como ellos dirían de carne sino también con sus clanes, los cuales se convierten en una gran familia; al igual que para Platón, la distribución social y las acciones de la comunidad wayuu nos demuestran su entendimiento por la necesidad del otro para crear las necesidades propias del individuo, al igual que la necesidad de designar a un “líder” que semejante con el pensamiento de Platón debía de ser aquel que es el mas sabio en su clan. La mujer en esta comunidad representa una figura muy importante y casi mítica, ya que es ella quien puede procrear.
Es difícil poder comparar a toda una tribu con un filósofo, pero la filosofía de los wayuus los convierten en una sola persona, su pensamiento sobre la necesidad del otro y la importancia de la unión de ellos nos llevan a dudar sobre el desarrollo de la vida del hombre en sociedades y ciudades que más que una gran comunidad parecen una selva donde todos los individuos no son más que seres presos de su deseo por el poder, o de imaginarios colectivos que los conviertan en superiores. Los sueños para estas personas no son más que la pérdida de tiempo donde dejamos a nuestro cuerpo descansar unas pocas horas para recobrar fuerzas y continuar con la ardua e insaciable batalla por el poder; en cambio para la comunidad wayuu los sueños son una de las cosas más importantes que tiene el hombre, los sueños son el mecanismo por el cual algunos espíritus de familiares fallecidos se comunican con sus sucesores para prevenirlos o alertarlos de un posible acontecimiento que va a ocurrir en la familia o en la comunidad, en los sueños pueden encontrar las respuestas a grandes preguntas que se estuvieran realizando.
La palabra, el recurso de la oralidad recobra su sentido absoluto y necesario para el proceso del conocimiento, tal como muchos filósofos expresan en sus teorías sobre la epistemología, todo hombre puede llegar al conocimiento mediante la relación con el otro y el correcto uso del lenguaje, acompañado por un poco de experiencia y sentido común. Ésta es la misma propuesta que los wayuus dejan entrever sobre su pensamiento de cómo llegar al conocimiento; aunque no podemos negar que el impacto de un mundo globalizado ha afectado sus creencias sobre la educación que deben recibir sus descendientes, aun podemos encontrar su necesidad por la metodología que sus antepasados realizaban para adquirir el conocimiento necesario para llegar a la sabiduría.
En el día de hoy, es muy difícil hacer un juicio ético sobre una comunidad que no representa ni el 0.25% de la población mundial y se podría llegar a pensar en ellos como unos de los pocos filósofos contemporáneos, sus acciones totalmente determinadas a las necesidades de la comunidad, sus planteamientos sobre la descendencia del hombre, su extremo respeto y adoración por la naturaleza hacen de esta comunidad, un grupo de persona que quizás nunca hayan escuchado la definición sobre la “polis” y sobre lo que debería ser un “ciudadanos” y aun así sean casi los únicos que practiquen estos dos términos a la perfección.
Sería un poco melancólico el pensar que para aquellos que han vivido toda su vida en “una sociedad consumista” en donde el tiempo vale oro y no existe ni la mínima posibilidad de parar las actividades diarias para dedicarnos a pensar en el ser, en lo que somos o debemos ser perdieran la oportunidad de relacionarse con este grupo de personas que no son los exóticos animales que nos muestran en un zoológico sino los seres que representan lo que deberíamos de ser, sería un motivo de suicidio tener la oportunidad de estar con ellos y desperdiciarlo en acciones estúpidas del ser humano como la compra de bienes materiales, sería ilógico el pensar que existen personas que estando con seres tan “míticos” puedan desperdiciar su tiempo de aprendizaje con estos grandes maestros en preguntas estúpidas y burlas incomodas que mas que crear un sentimiento de tristeza sobre su forma de llevar la vida no mostraran otra cosa que el pensamiento vago y necio al cual se ha acostumbrado el hombre de la actualidad. El aprendizaje que para nuestra cultura debería representar entrar en contacto con esta comunidad indígena debería ser tan profundo y significativo que la razón y la necesidad por ser seres mejores nos abalanzaran a quedarnos con una comunidad que entiende mucho mejor como deberían de actuar los seres humanos, el temor de sumergirnos de nuevo en un mundo tan globalizado nos hiciera crear una conciencia tan audaz y capaz que no necesitaríamos estar en un lugar donde todos actúan como deberían de actuar para actuar bien, si de verdad tuviéramos la capacidad de aprender algo de ellos, así sea lo más mínimo, sería tan grande, tan poderoso que podría llegar a cambiar el pensamiento de el hombre actual y tal vez si corremos con suerte una de las personas que se relacionaran con ellos tendría la capacidad de ejercer La oralidad como mecanismo de cohesión y hacernos entender al resto del mundo que si continuamos por el camino en que estamos, si nuestros pensamientos continúan siendo tan solo una ilustración de la sociedad en la que vivimos, y nuestro “conocimiento” se continua limitando a la recopilación de planteamientos presentados por otros seres terminaremos en un mundo monótono y del cual nadie nunca podrá salir.

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